Programa para el Bienestar y Aprendizaje Socioemocional en estudiantes de tercero y cuarto grado: descripción y evaluación de impacto
Learning and wellbeing program for third and fourth grade students: Impact description and evaluation
Christian Berger,  Neva Milicic, Lidia Alcalay, Alejandra Torretti
Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile
Resumen

El presente trabajo describe un programa para favorecer el bienestar y aprendizaje socioemocional en estudiantes de tercer y cuarto año de Enseñanza General Básica, y su evaluación de impacto. Los fundamentos conceptuales del programa para el Bienestar y Aprendizaje Socioemocional se apoyan en la perspectiva del aprendizaje socioemocional, que integra factores tanto en el ámbito individual como del contexto. El programa enfatiza el desarrollo de vínculos interpersonales de calidad y el desarrollo de las competencias necesarias para ello. A través de un diseño cuasiexperimental que incluyó a 647 estudiantes de tercero y cuarto grado en cinco colegios particulares subvencionados de Santiago, Chile, la evaluación con análisis de la varianza de medidas repetidas mostró un impacto del programa en la autoestima de los estudiantes percibida por sus profesores (medida a través del test de autoestima). Asimismo, el programa mitigó el descenso en la percepción del clima escolar según la Escala de Clima Social, en indicadores de integración social, y en el rendimiento escolar, que se observó en el grupo control. Se discuten los resultados del programa y sus posibles implicancias para el desarrollo de intervenciones en este campo.

 

Discusión:

Un desafío que presenta trabajar la dimensión socioemocional en el contexto educativo es la dicotomía que aún persiste entre el desarrollo cognitivo, asociado al logro académico, y el desarrollo socioemocional, el cual es considerado secundario y queda supeditado a la existencia de tiempo y otros recursos. No obstante lo anterior, diversos autores y estudios recientes muestran un nexo indisoluble entre ambas dimensiones (Durlak et al., 2011; Hawkins et al., 2004; Milicic et al., 2013), lo cual se ve reflejado también en los resultados presentados. Potenciar el bienestar y aprendizaje socioemocional de los estudiantes redunda también en mayores logros académicos, a través de la generación de ambientes nutritivos, el desarrollo de competencias necesarias para aprovechar la experiencia académica, el desarrollo de una relación positiva entre estudiantes y docentes y el fortalecimiento de la autoestima.

Los resultados reportados en este artículo sobre el impacto del programa BASE muestran que la variable que se vio más afectada por la participación en el programa es la autoestima según la percepción del profesor, lo que es de una importancia central considerando la relevancia de las expectativas docentes y la consecuente generación de ambientes de aprendizaje para el desarrollo y éxito de los estudiantes (Jennings & Greenberg, 2009). No obstante lo anterior, también se observó una mitigación del descenso en otros indicadores entre la medición inicial y final (que coincidieron con fases iniciales y finales del año académico) que sí fueron evidentes en el grupo control, como la percepción del clima escolar en la dimensión profesores y la integración social.

Existen muchas intervenciones en contextos educativos orientadas al ámbito social y emocional. Sin embargo, muchas no cuentan con una clara fundamentación conceptual y metodológica y evaluación de su impacto. En este sentido, el presente artículo también desarrolla las bases conceptuales del programa y sus características en línea con lo planteado por Durlak et al. (2011), quienes señalan que el éxito de un programa depende de cuatro factores clave, a saber: la integración y secuenciación de sus objetivos y actividades, la explicitación y especificidad de sus objetivos, el rol activo y participativo de los estudiantes, la integración de un componente práctico orientado al desarrollo y práctica de competencias socioemocionales.

Los vínculos entre estudiantes y profesores son centrales, pues los profesores en esta etapa se constituyen como figuras de apego secundario (Denham, Bassett, & Zinsser, 2012). Más aún, toda la experiencia escolar se constituye como un espacio de seguridad, aceptación y contención, lo que ha sido denominado por los autores como apego escolar (Milicic et al., 2014). Un profesor que sabe más de sus educandos, que los conoce en mayor profundidad, tiene más y mejores oportunidades de convertirse en referente significativo. Fortalecer los vínculos debiera ser un objetivo de cualquier programa en el ámbito socioemocional (Bergin, C. & Bergin, 2009;Extremera & Fernández-Berrocal, 2003), ya que provee a los establecimientos educacionales de un marco para prevenir problemas y promover el bienestar de sus estudiantes.

En este sentido, es de gran relevancia el reporte de los profesores participantes del programa que da cuenta de que en el programa ellos formaron parte de las comunidades curso junto a sus estudiantes. Esto constituye un elemento esencial, en la medida en que el programa no se percibe como una amenaza a la labor docente, sino por el contrario, permite favorecer los vínculos en el interior de la sala de clases.

Existe consenso en que no hay programas universales que sean efectivos en todos los contextos, y por lo tanto, se hace necesario desarrollar programas basados en la literatura y experiencias previas, pero adaptados y diseñados para contextos específicos. El programa BASE ilumina ciertos aspectos que debieran ser cuidados en estos desarrollos tanto desde los fundamentos teóricos, las metodologías que se han de utilizar, los materiales, y el énfasis en los vínculos como motor del aprendizaje socioemocional.

Más aún, la evidencia de su impacto sobre el rendimiento académico, que viene a confirmar los consistentes datos reportados en la literatura internacional, hace imprescindible que las políticas públicas en educación comiencen a intencionar, de manera clara y explícita, la necesidad de fortalecer la dimensión social y emocional en nuestros estudiantes, pero también en los profesores y en los contextos en los cuales se desarrollan. En este sentido, los resultados presentados dan aún mayor relevancia a la necesidad de integrar en los programas de formación docente —tanto inicial como continua— contenidos relacionados con el aprendizaje socioemocional de sus estudiantes, como también un entrenamiento práctico en cómo implementar dinámicas interpersonales en la sala de clases.

Algunas limitaciones de este estudio se refieren a las características específicas de la muestra, y a la consideración de algunas variables en detrimento de otras para evaluar la efectividad del programa. Estas limitaciones debieran ser abordadas en futuros estudios relacionados con este u otros programas, integrando evaluaciones específicas en los docentes, utilizando metodologías observacionales, y considerando la medición de constructos clave en el desarrollo socioemocional de los estudiantes como empatía y autorregulación. Asimismo, dada la especificidad de la muestra que participó de este estudio, sería importante que futuros estudios pudieran evaluar la transferibilidad y pertinencia del programa, o bien formas de adecuación pertinentes a las realidades específicas de otras poblaciones.

 

http://www.elsevier.es/es-revista-revista-latinoamericana-psicologia-205-articulo-programa-el-bienestar-aprendizaje-socioemocional-S0120053414700202